martes, 12 de octubre de 2010

Recuerdos de un sueño. -continuación-

"Oye, ¿estás bien? ¿Alguna herida?" le pregunté mientras le ayudaba a recuperarse.
-Claramente dolorido y con cara de quejido me contestó- "Si, estoy bien fuera de un pequeño dolor en el hombro, casi me arrancó el brazo..."

¿Tanto ajetreo a tan pronta hora de la mañana?. Sin saberlo, se aproximaba a mi una de esas historias de película donde suceden mil y una hazañas donde, para bien de las historias, los personajes ponen a prueba su fortaleza mental, su resistencia física, su capacidad de reacción y sus habilidades ocultas, terminando no sin antes haber arriesgado la vida misma varias veces, dándose como ejemplo para la audiencia.

"Aunque al parecer el ladrón fue el que quedó en peor estado." -le dije- "¿Tantas patadas y todavía logro levantarse? seguramente tendrá como 10 costillas rotas y un derrame cerebral, mas o menos..."- mientras seguía pensando en el diagnostico sobre posibles órganos reventados de un neófito como yo, recordé el resto de la escena- "¡AH! ¿y tu amigo? ¿Sabes quien era ese anciano? ¿Le conoces?"

Luego de reír ligeramente me dijo "Si, la verdad es que es algo milagroso el que se haya podido levantar. ¿El anciano?...si, se puede decir que lo conozco. Aunque apenas es la tercera vez que lo veo...y en las tres han sucedido cosas peligrosas...bueno, creo que tu lo viste todo..."

Ciertamente fue sorprendente el hecho de que un anciano como de 80 años, arrastrara con tanta fuerza y facilidad a alguien, y con un solo brazo, que de solo verlo pesaba más que el mismo. Sin duda era fuerte el hombre. Pero fuera de ese asombroso hecho, aún quedaba en el aire el centro de todo. ¿Que paso con el amigo? ¿Por qué esa súbita explosión de violencia? Se de gente que se pone rejega en un asalto y esas cosas, pero es que este hombre respondió tan rápido que seguramente no le dio tiempo ni de pensar al ladrón.
Mi curiosidad fue la culpable. No pude detener el resto de la conversación. Así que me obligué a seguir adelante. Sonaba tan interesante. Era hora de saber más.

"¿Y tu amigo? ¿crees que esta bien?"
"Su nombre es Alejandro." y como si fuera lo más normal del mundo, me dijo "Y si, debe estar bien. El anciano que se lo llevo es su maestro, algo brutal pero no importa. A través de los años Alejandro ha sobrevivido así que no pasará nada fuera de lo normal. Seguramente dentro de 3 o 4 días volverá a andar por aquí, algunas heridas varias pero nada de que preocuparse."

"¿eh?" fue todo lo que atine a contestar en ese momento. Que te suelten tanta información como si nada no es normal. Y más cuando al parecer involucra violencia. Aproveché el momento en el que se sacudía el polvo de la ropa para continuar con la conversación antes de que decidiera irse. Esto no podía ser mas interesante. O al menos eso pensé.

"¿Y tu como te llamas? yo me llamo Coel."
"Mi nombre es Arturo. Mucho Gusto."
"Bien Arturo, voy a la Cafetería de Mari. ¿Gustas un café? Yo invito."
"¡Oh!, curiosidades de la vida. Justamente íbamos hacia allá. Como Alejandro estará ocupado y no tengo mucho que hacer, aceptare la invitación con gusto."

Bien, no podía evitarlo. Otra vez mi sed de emociones sin sentido me ganó.

5 comentarios:

  1. Veamos, cuando la continuas , para ver que le depara a Arturo por culpa de su curiosidad xP

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  2. :D Genial! quiero saber del anciano!!! Ya he mencionado que las almas en pena son mis favoritas XD.
    Espero la tercera parte. Chachi.

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  3. aw! ahí la primera. Al parecer no quedó lo suficientemente claro esa parte. Coel es el nombre del protagonista y Arturo es el nombre del errr casi-asaltado jajaj

    Algo me dice que hoy en la noche le sigo jaja

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